miércoles, 2 de diciembre de 2009

Yo también dije "mañana me levanto y estudio"

¿Cuántas veces nos ha pasado? Rendimos mañana a primera hora pero es jueves y el instinto de quedarnos viendo tele hasta la madrugada o simplemente salir con los amigos es más fuerte que cualquier motivación académica.
No hay poder humano racional ni lógica posible que nos haga abrir ese libro y estudiar. ¿Por qué tenemos esa tendencia constante de postergar lo importante?

Según el diccionario de la lengua española, la postergación es diferir el comienzo de una tarea como consecuencia del poco aprecio hacia dicha actividad, o al producto de ella.
Si partimos de esta premisa, evidentemente la postergación viene siendo un obstáculo para alcanzar objetivos personales y profesionales. Pero he aquí la pregunta, ¿cuánto nos importan estos objetivos realmente? Dada la definición, parecería que no mucho. Si estamos dispuestos a diferir voluntariamente tareas que nos acercan a nuestros objetivos, estos objetivos están en segundo plano en nuestra lista de prioridades.
Podrían criticar esta propuesta diciendo que sus metas sí son lo suficientemente importantes, porque al fin de cuentas terminan encontrando tiempo para cumplirlas.
¿Qué nos motiva, entonces, a postergar actividades importantes? ¿Y qué podemos hacer para combatir el mal de la pereza?
Existe un dicho muy famoso que dice "querer es poder". Nos podemos ver reflejados en esto pues cuando nos trazamos una meta a corto plazo, la pasión del momento nos lleva a cumplirla sin importar los obstáculos. Lo mismo no nos sucede con metas a largo plazo, razón por la cual nos quedamos durmiendo un día de semana, o dejamos de estudiar el día antes de un final, aunque tengamos la meta de graduarnos como profesionales.
Mi teoría empieza aquí. Creo que la raíz del mal se encuentra en nuestros cerebros. Tenemos que hacernos creer que estamos trabajando por una meta a corto plazoy que dicha meta la queremos sólo nosotros, no nuestros padres o allegados.
De esta forma, la tarea se convierte en un proyecto personal que-por su naturaleza efímera- se presenta como algo mucho más cercano y atractivo.
En vez de estudiar para el final el día anterior, encontremos un proyecto interesante que nos gustaría culminar este mes, y para el cual el estudio de ese final nos será provechoso. En vez de ir al gimnasio para estar en forma para el verano, hagamos de cuenta que cada día la gente nos ve y debemos estar en forma ahora también.
Así, organicen proyectos que verdaderamente les entusiasmen, y hagan todo lo posible por unir sus vidas académicas, laborales y personales en dicha actividad. Se convertirán en personas integrales y felices que dijeron adiós para siempre a la postergación.



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