lunes, 1 de diciembre de 2008

Fuimos Embajadores

UNIENDO METAS


Por Diego González Prieto, 19

Facultad de Derecho de la UBA. En el hall, más de 100 chicos de 15 a 19 años. Perdón, no son chicos de secundaria, son embajadores: llevan las banderas de los países que representan y, quienes no están de traje, la vestimenta típica de sus naciones. La tensión está en el aire.


¿En qué consiste el programa? Los chicos se transforman en delegados y embajadores de diferentes países y organizaciones del mundo y estudian las posiciones de éstos así como sus costumbres y religiones. Luego debaten, en forma y contenido, de la misma manera que en Naciones Unidas.
Adentro del salón de actos, en el inicio de las actividades del certamen Nacional, los más de 600 delegados (también chicos) completan los equipos del modelo de Naciones Unidas Uniendo Metas, acompañados por docentes y padres. El jefe de gabinete, Sergio Massa, estuvo presente en el acto de inicio de las actividades.
El programa, organizado por al Fundación Conciencia, se rige por la metodología del Modelo Simulado de Naciones Unidas. Participan chicos en sus últimos años de secundaria que, entrenados durante el año y luego de pasar por las instancias regionales, llegan a la etapa nacional.
Para la fundación Conciencia y los propulsores de este programa es la mejor manera de promover valores políticos y ciudadanos, así como conciencia mundial y fomentar el diálogo como herramienta de solución de conflictos. Para los chicos, es un juego, una competencia de oratoria y conocimientos, una oportunidad de conocer la realidad mundial y también a personas de todo el país.

¿Qué tienen ellos que decir al respecto?

Nicolás Cabrera, 19
Austria
Participo porque te cambia la visión del mundo. Aunque hay que estudiar un montón, vale la pena. Lamentablemente, es mi último año.

Florencia Rada, 16
Austria
Te ayuda a sentirte seguro de vos mismo y a expresarte. Te informás de muchas cosas que uno no tiene en cuenta, por ejemplo, la crisis alimentaria mundial. Aprendés mucho de los países y conocés gente.

Lucas Peretti, 16
Malí
Me gusta el modelo porque es una alternativa para aprender de una forma distinta y para expresarse en un ambiente que no es común.

Federico Díaz, 17
Yemen
Me parece bárbaro el modelo porque nos introduce en la participación y sirve para fomentar los valores democráticos.

Romina Massera, 18
Palestina
Desde mi punto de vista, el modelo es muy fructífero para nuestra vida ya que no sólo nos enseña técnicas de oratoria y conocimiento de la realidad actual, sino que también nos ayuda a hacer muchos amigos y descubrir nuestra vocación.

Micaela Brasca, 17
Omán
El modelo sirve para adquirir conocimiento sobre la actualidad mundial y cómo comportarte formalmente y, además, ayuda para hacer un montón de amistades que es lo que yo más valoro de esto.

Florencia Godoy, 15
Moldova
Es una experiencia maravillosa. Me fascina la cantidad de cosas que se aprenden más allá de la información sobre los países y la realidad mundial. Por ejemplo, uno aprende a compartir diferentes cosas no sólo con sus compañeros sino con gente que recién conoce.

Ornella Pucci, 18
Países Bajos
Fue bueno el modelo pero faltó un poco más de organización y contenido para las delegaciones.

Guido Massello, 17
Argelia
Valoro la oratoria, la claridad mental: cosas que sirven para toda la vida, para expresarse sin cometer errores. Aprendés mucho de cultura y te tenés que comprometer con distintos puntos de vista, más allá de que estés en contra siempre hay algo de verdad en éstos.


Florencia Verdú Nalli, 16
Benín
Es un orgullo saber que no toda la sociedad joven está perdida, que hay gente que quiere un futuro mejor y progresar.

Johanna Guerrini, 17
Guinea
Me gusta mucho el modelo porque puedo conocer gente y tener pensamientos iguales o distintos pero siempre en buen clima, sin pelear.

Enzo Scargiali, 17

Somos de Pergamino y venimos participando hace unos cuantos años. Creemos que es una experiencia muy buena para conocer el mundo y hacer amigos de otras partes del país.

Sol Adamiec, 17
Corea del Sur
Al estar en otro ambiente uno conoce otros aspectos de las personas, podemos conocernos de otra forma, más allá de las posiciones de nuestros países.

Gino Buffa, 16
Costa de Marfil
Sirve para conocer gente y las distintas realidades del mundo y, lo más importante, abrís la mente a distintas ideologías y culturas. Ganás mucho en el tema de la oratoria y expresión, en aprender a defender lo propio.


Juan Ignacio Rodríguez, 16
Costa de Marfil
El modelo me apasiona. Es una época del año en que sólo pensás en esto. También es un ámbito diferente al de la vida cotidiana, te manejás y hablás distinto que como lo hacés el resto de los días.


Brian Giannico, 17
Países Bajos
El modelo en esencia está bueno, idealmente, el concepto de la expresión y el intercambio de opiniones y posiciones. Pero lo que noté en este en particular es que se priorizó el poder de convencimiento y de dominación de unos sobre otros más que el diálogo. Esto sucedió en grupos regionales donde hubo un exceso de actividades (6hs de sesión).


Ponete un tema

Por Juan Sabogal, 18

Y claro, todos tenemos una opinión a la hora de poner música, sea en el estereo del auto, en alguna reunión bolichesca o en cualquier otro lado, cuando la música está como fondo. Un simple empapelado. ¿Qué pasó con escuchar música en inmovilidad biomolecular, con las orejas bien abiertas? ¿Hemos acaso regalado ese preciado sentimiento en pos de un encogimiento encefálico?
La música se ha perdido en el microchip y el mini-cable que, como una anaconda suicida, se asfixia a ella misma. Miles de personas en log-in, prestándose a larga distancia un tema de esta banda, un tema de esta otra. Aunque más gente tiene acceso a la música, la cantidad de aficionados sigue siendo la misma. Compramos el hit, no está mal, por algo son hits. Pero lo que en realidad estamos comprando es un manual de instrucciones de cómo disfrutar de este arte (en el boliche, el DJ te regala uno también).
En realidad no lo disfrutamos, o por lo menos no en su profundidad metafísica o corazón-brazos al aire (pelo también)-luces apagadas.
Llegaron los ipods, el mp3 y el “wachinchonga” como milagros, ¡a romper el chanchito antes de que se nos escape! Ahora podemos musicalizarnos como verdaderos rockers y ahora podemos correr mucho más porque tenemos dos plásticos en las orejas. ¡Aleluya!, o quizás no tanto. Se olvidaron de inventar la cura a la enfermedad Ipod: no poder escuchar la canción entera, zas a la siguiente. La gente se aburre de estar solamenete escuchando, no le encuentra el s-e-n-t-i-d-o.
Me fascinan los discos de pasta, los círculos que se arman/ban alrededor del cachalote electromecánico, viéndolo susurrar, una masa negra que nos hipnotiza, nos arrastra, sin más ni menos que escuchar. Listening comprehension…

Igualmente estoy contento con los mp3, yo tengo uno, no poseo la enfermedad (no es contagiosa, creo). Ponete un tema, deja que te haga bailar. Vos no bailes.