sábado, 5 de septiembre de 2009

¿Por qué los argentinos miramos tanto al pasado?

Si miramos sólo para atrás, nos pasa la vida por delante

Si bien conocer el pasado es entender el presente, no debemos, como ciudadanos argentinos, vivir el hoy con los ojos enfocados siempre en el ayer. Empeñándonos en memorizar los hechos acontecidos décadas atrás, hemos generado una bronca tal que nos impide comprender el contexto en el que todo ocurrió. ¡Basta de excusas! ¡Basta de echar culpas y criticar! Este tópico trasciende las ideologías políticas, pues nunca han faltado las denuncias tanto a Perón como a Menem, personalidades polémicas que ya han desaparecido, dejando en nuestras manos un país que nunca pudimos cambiar. ¿Cuál es entonces nuestra opinión sobre Alemania, que tras haber estado en ruinas y haber sufrido más de treinta y ocho millones de muertes, se ha levantado y hoy es una potencia? No resultaría extraño que hoy hayan dejado de asociar al argentino con el buen vino y el asado para identificarlo con la falta de autocrítica.

Siempre ha sido más fácil esquivar la mirada y desentendernos de la introspección. El rechazo a los valores ha dejado de ser contracultura y se ha convertido en cultura.

¿Por qué no nos proponemos cambiar estos hábitos en los que la crítica es tirana, para dejar de preocuparnos y empezar a ocuparnos? Comencemos a hacer. En este país en donde la utopía de vivir sin justicia se ha convertido en algo probable, si no real, habría que olvidarse de señalar a los tres poderes constitucionales y dar lugar a que podamos contagiarnos unos a otros la idea de progreso. Levantemos la frente. No seamos fracasados. No seamos mediocres. Si no es por el prójimo ni para demostrarle al mundo que en Argentina se puede vivir mejor, hagámoslo, por lo menos, para convencernos de que podemos superarnos, pero hagámoslo. No nos quejemos. Animémonos a cambiar.

Intentemos que el tan aclamado “Carpe diem” y la ley del menor esfuerzo dejen de ser un emblema de nuestro orgullo. Busquemos lo mejor para nosotros, los jóvenes. Para nosotros y para los que vienen. Es hora de mirar hacia el futuro.

Seguramente, a quienes nos contaron la historia de los setenta, no hemos recibido razones que justifiquen aquellos hechos. Seguramente también, cuando nuestros bis abuelos inmigrantes y trabajadores llegaron al país, el éxito era moneda corriente. Seguramente, si nos enfocamos en educar y en aprender, en trabajar y en que nos trabajen, el país volverá a ser lo que en un momento fue: un éxito. Que nos de orgullo decir que somos argentinos. Que a la Argentina no la reconozcan únicamente por Messi y Maradona. La solución no es mudarse, la solución es progresar. No dejemos que la vida nos pase por delante, seamos protagonistas. ¡Empecemos ya!

¿ESTÁS DE ACUERDO CON LA IDEA DE PERDONAR RENCORES Y ARRANCAR PARA ADELANTE?

¿CÓMO CREÉS QUE PODÉS SUMAR DESDE TU LUGAR?