domingo, 1 de marzo de 2009

Me divierto sin alcohol

Del otro lado del charco
Por Juan Sabogal, 18

El alcohol y la diversión suelen ir de la mano, eso es sabido. Será por la verbosidad hollywoodense, o por tantas otras causas que en realidad hacen de esta premisa un paradigma actual: es así, casi todos lo hacen.

Ahora bien, entre otros jóvenes de San Isidro, Phileas Ketelhohn, 19 años, porta una nueva voz, una nueva actitud con la cual encarar el día a día. “Queremos vivir coherentemente con lo que pensamos”, define Phileas, fundador de la movida Me divierto sin alcohol MDSA. La difícil lucha de mantener un orden entre lo que pensamos como correcto/incorrecto y lo que obramos después. Charlando con él, vimos que este asunto no se resuelve de un día para otro, “es un proceso, hay varias caídas y traspiés”, dice.

La máxima de “no hay noche sin alcohol” es difícil de quebrar. Si ante dos casas con fiesta gratis, se nos dice que en una hay barra libre, seguramente terminemos entrando a esa. El alcohol da fuerzas, desinhibe, por su composición química. ¿Pero hasta dónde hemos de tener fuerzas, hasta dónde hemos de desinhibirnos?... Como dice Phileas: “¿Para qué tomas?” Preguntátelo ¿A dónde querés llegar? Además, si llegás a algún lado, darse cuenta de que no fue uno quien llegó, sino los 4 litros de cerveza. La cultura alcohólica es tomar por que a uno le gusta, análogamente, te puede gustar la coca pero no te tomás 4 litros en un cumpleaños.

En segundo lugar, hablamos con Phileas de esa conciencia colectiva que va concentrándose en la atmósfera de un preboliche. Phileas me afirma que él no quiere ir en contra, él quiere ser protagonista de su vida, elegir entre esto o lo otro. “El alcohol es un plus que se suma a una buena charla, no al revés, como son pensados los preboliches”, comparte Phielas.

Quizá uno de los problemas es pensar que cada noche tiene que ser la mejor, y además te venden que estás en la adolescencia y que si no disfrutás esta etapa, los años posteriores serán soporíferos. Uno, entonces, termina confundido y sin respuestas. La actitud de MDSA es determinar uno mismo los valores que rigen la cotidianeidad. No es un proyecto, ni un cruce de filosofía y estadísticas, es una invitación a entender. Dudar puede ser maravilloso. ¿Por qué no dudar de lo que hacemos cada noche? ¿Hay algo que no cierra? “Buscá la respuesta”, me dice Phileas, “empezá a buscar”.

Si oponemos una publicidad de bebidas energizantes o alcohólicas, vemos que claramente tratan de mostrar que sólo con su producto hay diversión, sin él estamos despilfarrados. “La noche la hacés VOS, una vez que salís de casa, YA ES una salida”. ¿Qué más querés? O Mejor dicho: ¿cuánto querés? El inconformismo no se resuelve con abrir una botella más.

Me divierto sin Alcohol ya contó su propuesta y consiguió adherentes en Salta, La Pampa, Tucumán, y las localidades bonaerenses de Bellavista y San Isidro.










+info medivierto_sa@hotmail.com


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